Una cultura no solo se define por su capacidad de afirmar los principios que la sustentan. Existen también huellas sintomáticas, gestos significativos que a veces pasan desapercibidos porque son más familiares, porque parecen asumidos comúnmente sin necesidad de ninguna explicación. En este sentido, las fobias y los miedos forman parte de ese amplio grupo de creencias asumidas al que pretendemos aludir. Cuando adquieren fuerza, se convierten en verdaderos arquetipos, cristalizan en representaciones figurativas, fácilmente reconocibles, derivando a veces en curiosas series y genealogías. A lo largo de la Historia se percibe una presencia constante, una mujer que inspira admiración y miedo: la bruja. La Edad Media y aun el Renacimiento fueron los periodos en que quedó definitivamente estructura su figura en el imaginario de los hombres. Para ellos la naturaleza femenina resultaba un misterio y, por lo tanto, una amenaza. La existencia de un personaje que reuniera lo femenino, lo poderoso y lo pérfido resultaba para muchos la explicación de los múltiples males que aquejaban a la sociedad. Fue entonces cuando nació, se inventó o se fabricó la bruja.
Esta concepción surgió de la asociación de tres elementos: mujer, magia y sexualidad. En este congreso se va a intentar constatar cómo desde la Antigüedad hasta nuestros días se han ido moldeando los odres donde se disponen el caldo de cultivo misógino que ha consolidado su función marginal y persecutoria a partir de un caudal de discursos que siguen fluyendo pese a los siglos. Implícitamente, este congreso se concentra en los márgenes sexuales de la tradición occidental a partir de sus “sujetos esquivos” y de sus “objetos de escarnio”. Pero también va a potenciar la revisión del fenómeno de la brujería con el propósito de arrojar nuevas luces sobre los territorios canónicos, pasados y presentes.
El enfoque que se adoptará será multidisciplinar, examinando a la mujer transgresora y por ello castigada desde la Filología Clásica, la Historia, la Antropología, el Derecho, la Filosofía, la Medicina, la Literatura Española e Hispanoamericana y el Cine. Igualmente se incluirá espacios para que los/as asistentes reflexionen acerca de la mujer tachada como bruja, sopesando las causas que originaron no solo su denigración sino también su holocausto. Intentaremos restituir poco a poco a la mujer tachada como bruja al lugar que históricamente le pertenece.
Esta concepción surgió de la asociación de tres elementos: mujer, magia y sexualidad. En este congreso se va a intentar constatar cómo desde la Antigüedad hasta nuestros días se han ido moldeando los odres donde se disponen el caldo de cultivo misógino que ha consolidado su función marginal y persecutoria a partir de un caudal de discursos que siguen fluyendo pese a los siglos. Implícitamente, este congreso se concentra en los márgenes sexuales de la tradición occidental a partir de sus “sujetos esquivos” y de sus “objetos de escarnio”. Pero también va a potenciar la revisión del fenómeno de la brujería con el propósito de arrojar nuevas luces sobre los territorios canónicos, pasados y presentes.
El enfoque que se adoptará será multidisciplinar, examinando a la mujer transgresora y por ello castigada desde la Filología Clásica, la Historia, la Antropología, el Derecho, la Filosofía, la Medicina, la Literatura Española e Hispanoamericana y el Cine. Igualmente se incluirá espacios para que los/as asistentes reflexionen acerca de la mujer tachada como bruja, sopesando las causas que originaron no solo su denigración sino también su holocausto. Intentaremos restituir poco a poco a la mujer tachada como bruja al lugar que históricamente le pertenece.
Dirección: María Jesús Zamora
Organización: Lorena Carbajo y Giuseppe Marinol
Instituto Universitario de Estudios de la Mujer; Facultad de Filosofía y Letras (UAM)
Fechas: Del 16 al 18 de marzo de 2010. Salón de actos de la Facultad de Filosofía y Letras (UAM)
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